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Es la Comarca de la Guareña un territorio de límites no muy definidos, pero que, a grandes rasgos incluye las tierras regadas por los riachuelos y arroyuelos que vierten sus aguas en el río principal de esta zona, El Guareña, corto y de caudal escaso, que sufre fuertes estiajes y que, a su vez desemboca en el río Duero ya en tierras toresanas.
Geográficamente hablando, se trata de unas tierras de elevada altitud media, entre los 750 y 800 metros. El perfil topográfico es el típico de la campiña salpicada por tesos u oteros y en las vegas de los arroyuelos se encuentran las tierras más feraces.
La comarca limita al norte con las tierras del alfoz de Toro y con la Tierra del Vino, por el oeste el límite lo establece, la provincia de Valladolid, al sur se sitúa la provincia de Salamanca, por cierto el Guareña nace ya en tierras salmantinas.
Al oeste el límite es mucho más impreciso y según las fuentes vendría establecido por la ruta de la plata (nacional 630) a su paso por Cubo del Vino, separando la comarca de tierras sayaguesas, si bien en realidad, y desde el punto de vista socioeconómico el límite real se situaría en el propio término municipal de Cubo del Vino, que ya quedaría fuera de tal comarca.
Demográficamente esta comarca ha sido muy castigada por la emigración. Entre 1960 y 1885 perdió casi el 40%, de su población. Hoy en día los habitantes, de esta zona no llegan a los 10,000 y se encuentran muy desigualmente distribuidos entre la veintena de municipios que componen su territorio.
Muy pocos municipios superan los mil habitantes (Fuentelapeña, Villabuena, Fuentesaúco), La mayoría de los pueblos se sitúan entre los 500 y 800 habitantes, casos de Villamor, Bóveda, Guarrate, Vadillo etc., pero también los hay muy por debajo de esas cifras (Villaescusa, Olmo, Vallesa, El Maderal)
Además del importante despoblamiento, consecuencia del éxodo rural, otra de las características de la población de la zona es su marcado envejecimiento. Más de un 30 % de la población supera los 65 años.
La brusca caída de la natalidad y la ausencia de jóvenes hacen imposible un relevo generacional que se agrava con el todavía persistente éxodo de las nuevas generaciones que no encuentran posibilidades de desarrollo en la zona
La economía de La Guareña es de base agraria. Se trata de una agricultura extensiva donde predomina el secano y en cuanto a tipos de cultivo se impone con autoridad el cereal. El regadío es marginal aunque ha adquirido cierta importancia, pero el agua, aunque abundante, se encuentra muy profunda, la explotación, a base de pozos de sondeo de varios centenares de metros requiere una inversión importante que no todos los agricultores están dispuestos a realizar, máxime si tenemos en cuenta que el tipo de propiedad predominante es la pequeña o la mediana, con lo que este tipo de inversiones son inabarcables para una gran mayoría.
Otros productos agrarios, al margen de los cereales, son las legumbres, especialmente el garbanzo, de reconocida fama y prestigio, cuyo cultivo está conociendo un importante impulso tras el reconocimiento de la Indicación Geográfica Protegida. Precisamente este cultivo pretende convertirse en una clara alternativa de futuro. Junto al garbanzo otro cultivo de reconocido prestigio y calidad es el espárrago. Su explotación es bastante marginal en cuanto a producción y superficie, pero es de muy alta calidad y genera importantes plusvalías. No obstante, las posibilidades de desarrollo y crecimiento del espárrago se ven limitadas porque es un cultivo muy intensivo en mano de obra y en la comarca los obreros por cuenta ajena escasean, por ello las explotaciones esparragueras son de pequeñas dimensiones y de carácter familiar, planteándose como un complemento económico de la economía familiar.
Los productos hortofrutícolas son aún más marginales. Los cultivos de huerta han tenido una vocación de autoconsumo que se sigue manteniendo, cabe señalar alguna experiencia en la explotación comercial mediante técnicas modernas como los invernaderos, pero que en absoluto han modificado el paisaje agrario y mucho menos la estructura económica de este sector.
Por lo que se refiere a la actividad industrial, su peso es poco importante, no obstante sí se han instalado algunas industrias de pequeñas dimensiones y ligadas directamente al sector agroalimentario. El sector cárnico es sin duda el más importante en cuanto a empleo y movimientos de capital. Está perfectamente representado en Fuentesaúco, que además de contar con dos mataderos industriales, tiene dos fábricas de embutidos de reconocido prestigio y amplio mercado.
La elaboración de quesos de reconocida calidad también está presente en la comarca. La Bóveda de Toro y Fuentesaúco cuentan con sendas fábricas.
La industria pastelera y panadera de marcado carácter familiar la podemos encontrar en varios municipios, elaborando sus característicos productos típicos.
Los productos hortofrutícolas son aún más marginales. Los cultivos de huerta han tenido una vocación de autoconsumo que se sigue manteniendo, cabe señalar alguna experiencia en la explotación comercial mediante técnicas modernas como los invernaderos, pero que en absoluto han modificado el paisaje agrario y mucho menos la estructura económica de este sector.
Por lo que se refiere al sector servicios, cabe destacar las iniciativas comerciales de algunas cooperativas y empresas de ámbito comarcal que están haciendo un notable esfuerzo por promocionar y comercializar los productos autóctonos, entre ellos el vino, en Villamor, y el garbanzo y el espárrago en Fuentesaúco
Por lo que se refiere al comercio tradicional, está escasamente especializado y predominan los ultramarinos, por lo que las gentes de la comarca se ven obligadas a desplazarse a la capital o a Salamanca a realizar sus compras de bienes y enseres. Precisamente los mercadillos frecuentes a lo largo de la semana en los principales núcleos de población, pretenden llenar este vacío del sector comercial.
El sector hostelero tiene cierta importancia, pero es en Fuentesaúco donde se muestra más dinámico. Cuenta con un nutrido grupo de bares un hostal y una pensión, lo que se complementa con tres restaurantes que gozan de gran aceptación al ser zona de paso, muy importante.
En cuanto a los servicios públicos, la comarca cuenta con los servicios básicos que se encuentran localizados en la cabecera comarcal que es Fuentesaúco.
Este municipio cuenta con un centro de Salud de ámbito comarcal, además tiene un Instituto de ESO y Bachillerato y cuenta con juzgado, notaría y registro de la propiedad.
Como cualquier zona rural, la Comarca de La Guareña, ha sabido conservar y perpetuar sus añejas tradiciones. Sin duda la más popular y arraigada la componen los festejos taurinos populares que se celebran bajo diferentes formatos. "Los Espantes", se celebran en varios pueblos (Guarrate, Fuentelapeña, Villamor, Vadillo y Fuentesaúco) pero que tienen en este último pueblo su forma más pura y vistosa de ejecutarse.
El elemento común a estos tradicionales y populares encierros es la presencia de jinetes a caballo, de mozos a pie y, por supuesto, de los toros. El espectáculo tiene lugar en una pradera, donde los mozos a pie , se enfrentan a los bravos astados que son azuzados por los jinetes. El objetivo, como el nombre indica, es que los mozos consigan espantar a los toros; claro, que su única protección es su cuerpo.
Los encierros de calle, las vaquillas, las capeas y los concursos de cortes, son otras muchas manifestaciones en las que el elemento taurino es el protagonista.
Además de las fiestas taurinas, merece especial mención las fiestas de quintos, que aun perviven, pese a la desaparición de la mili. En Villamor, Guarrate o El Pego se conocen como la fiesta "del gallo"', donde los quintos corren los gallos recitando graciosas y populares letanías elaboradas por auténticos expertos en la materia y que recogen los acontecimientos más importantes del municipio en cuestión, pero de manera jocosa. Tradición festiva y tradición literaria popular se mezclan en estas fiestas.
La Semana Santa es otro momento importante. De nuevo es una festividad que brilla de manera particular en Fuentesaúco. En este municipio se celebran hasta siete procesiones, cuenta con cuatro cofradías, la de los Nazarenos de añeja tradición, los pasos son de un valor artístico reconocido, y además, cuentan con una tradición autóctona practicada por la cofradía de los Nazarenos, que es el rezo del Vía Crucis con cruces al hombro y a altas horas de la noche por las calles y alrededores del pueblo.
También en otros municipios encontramos manifestaciones religiosas de larga tradición, casos de Fuentelapeña o Bóveda.
Desde el punto de vista cultural, la comarca conserva todavía algunos buenos ejemplos de arquitectura religiosa. Las iglesias de algunos municipios destacan por su monumentalidad, caso de Cañizal, Fuentelapeña, Villamor o Fuentesaúco, con dos imponentes templos. El valor histórico-artístico es indudable.
En Olmo de la Guareña se conserva un ábside mudéjar, único ejemplo en la comarca. La Iglesia de Villamor es de las más bellas, especialmente el interior, de estilo gótico, único ejemplo al sur del Duero, La iglesia de Fuentelapeña es igualmente hermosa por su arquitectura que combina la piedra y el ladrillo, destacando su preciosa torre y su pórtico meridional. En Fuentesaúco encontramos dos imponentes templos de la misma época, que además de destacar por su perfecta sillería, son claro ejemplo del esplendor de este municipio en siglos pasados.
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